Todo aquel a quien de niño se le haya caído al suelo un termómetro de mercurio se habrá sorprendido al ver las pequeñas esferas de aspecto metálico, pero de tacto fluído, que quedaban en el suelo, y que rodaban como canicas al leve empuje de nuestro dedo (sí, mamá, ya sé que es tóxico). Es un fluído con una alta tensión superficial, de ahí que se recoja en su forma esférica.
En este vídeo vemos cómo reacciona una esfera de mercurio sobre un soporte plano de teflón que es sometido a distintas frecuencias de vibración.
La canción que acompaña al baile del mercurio es Teardrop, de Massive Attack.
Vía Ciencia en el XXI
jueves, 2 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario